jueves, 18 de octubre de 2012

donación del aire



dejemos que las gaviotas
derrapen al sur de los suburbios
sin desmerecer fecundidad
ni columpios

al contrario

hagamos de sus alerones
un atlas más viejo

esa es la razón
por la que sus máscaras afirman
cosas que podemos decir
o ver

la llama
el cénit
lo exquisitamente híbrido

sin el sabor de la trasparencia
compactado el olvido

olvidar es recordar de otra manera
sutil a lo mejor
el latido impreciso
un estambre desgarrado

la donación del aire

olvidar narra la saga
de Nereida
fría roca polar
cuya eternidad triunfante
contiene tanto polvo
desgastado sin propósito
sobre el que no sueñan erizos
ni juegan esfinges

la memoria resulta correcta
en su álgebra
llena de propósitos
de victorias condenadas
a otras tantas derrotas

como si el aire
pudiese solidificarse
destruyendo el azar
que insinúa
cerca pero lejos
mañana
y el próximo siglo
la fuga sonriente
de las nubes

la memoria es epitafio del olvido

al otro lado

al otro lado

tal vez

sólo tú sabes

el aire se esparce
y caen las primeras gotas

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