jueves, 29 de noviembre de 2012

fin del círculo




no quieres escuchar eones
la miseria
aterciopelada cresta
acantilados días
caótico silencio

huyes
rechazas el empotramiento de la vida
derrumbe genocida de peces
bambúes
mariposas
ornitorrincos
vano juego
inciertas letras
mensajes desgastados
sin arenga

te hastía la luna
persiguiendo la siguiente
subducción cadavérica
inmisericorde
bajo del magma indómito

reniegas del viento
soplo inocente
delicada grava
su infidelidad devasta cumbres
vierte humores ajenos
ahuyenta el vuelo de las golondrinas
islotes que nunca verán tropel
semental
rinoceronte

te irrita el mundo a los pies del evangelio
secreto herético
falso misterio
rituales esféricos tantas ciudades abandonadas fuera del tiempo estirpes que insisten en llamarte desde sus arcanos templos pasos ilusos que pretenden iluminar la sencillez del camino
pueblos que no migran
más allá de la marca ciega de la córnea

reniegas del relato aun imberbe
que promete ciclos de lluvia
sol
tormenta
días de peste
hambre
frío
incesante celebración
        interregno
imperios derruidos
lacerantes como sables
huesos
guerreros ectoplásmicos
marchitos árboles genealógicos
que no dan fruto inocente
savia congelada en las venas de los sauces

absurdamente te has agotado
        cierto
vigilando el círculo
presa de la fragua en tu garganta

el fuego amargo como hiel
la cola
largo y pesado laberinto

escamas duelen cual gritos
        cual láminas de asbesto
       
dragón
Kundalini
serpiente antigua
te susurraron alguna vez
        hechizos reiterados e inútiles
       
tampoco cargas pecados ajenos
        la expulsión del predio del miedo te parece ridícula
nunca existieron rejas en el jardín de las delicias
       
tuyo es el horror circular
        sostener mundo
        eternidad
        e infinito
       
lejos del hogar
el vino casero
el pan silvestre

con las culpas ajenas en desahucio
decides no morderte la cola
dormir inexactamente
carente de radio
ángulo
diámetro certero
dormir
        suave nido
astillas
césped
algas
corteza y musgo

empiezan a quebrarse los cascarones
        al calor de tu abrazo
delicado estruendo
abres los ojos con ternura de pelícano
        oso
pingüino
        parto de leona
               
un día inexacto
hermosamente anónimo
ínfimamente difuso
fuera de calendario
sin marcas proféticas
instaladas en el flujo del cielo

un día
uno solo basta
para romper el círculo

No hay comentarios:

Publicar un comentario