martes, 25 de diciembre de 2012

retorno 2




retorno atravesado por arterias de helio humeante y cielos trasparentes

retorno desde lejanos países a los cuales me desterró por siglos la conciencia

vengo sin maletas

con las ropas desgastadas

con viejos zapatas que no tolerarán la búsqueda de lo incierto

vengo sin fortuna en los bolsillos ni tierras conquistadas en otros lares

no miro atrás ni adelante

quizás sólo ansíe contemplar las estrellas del desierto o el juego de las nube de verano

no tengo idea de cómo seré recibido por los míos

por los pájaros púrpuras a los cuales conté viejos secretos

por los árboles cuyas hojas han caído marchitas junto a bellotas que me tocará convertir en semillas de próximos banquetes

por los cuerpos que he deshabitado con soberbio descuido

por el humo de las chimeneas antiguas

por la sombra de mi aldea adoquinada con los obituarios de la memoria

no soy el mismo que conoció el feroz viento del recuerdo ni la violenta pero inaprensible promesa del futuro indómito

no pretendo ser el que creí ser

ni ante el reflejo de los ríos donde nadan peces fosforescentes

ni ante los árboles de gigantescas hojas que hunden sus raíces como arietes en la tierra brumosa de la selva

ni siquiera frente al aullido del coyote que me llama desde su confortable divinidad de animal solitario

no pretendo ser el que prometí ser

porque me declaro francamente hereje de todas las promesas que he hecho

ante los dioses de las montañas que tocan el cielo

cuando miraba el horizonte con la absoluta firmeza de las tortugas o los salmones

cuando deseché la sensatez de las islas y amarré alas a mis pies para que me llevaran junto al silencio de galeones fantasmas

no pretendo ser nada ni nadie

me declaro en libertad conmigo mismo

libre de sombra

incluso de pies y manos

de recuerdos que no existieron

de certezas en las que no confío

de utopías grises que marchitan la simpleza del tránsito

llego distinto como si el camino hubiese abierto grietas

en mis ojos

en mi piel cansada

en mi garganta desvestida

deseo que los vientos ligeros que mueven los frutos de verano digan lo que nunca quise escuchar

pero aún ante ellos y ante la mirada que sólo se posa sobre lo exacto me declaro rebelde y carente de mapas

retorno a un lugar que tampoco es el mismo

por ello carezco de llave ni sé cómo abrir las puertas

así esperaré fuera de los portales o dormiré en las bancas solitarias de los parques

sin cansancio ni premura

tal vez las puertas se mantengan cerradas

quizás se abran un día parecido a hoy

eso no importa

retorno porque sólo me queda la sensatez del camino

porque he visto bosques de madreperla y planicies de cristal

porque mi cuerpo sólo cree en la dicha de lo efímero

en la clara seriedad de la risa

en la constancia certera del parpadeo

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