retorno atravesado por arterias de helio
humeante y cielos trasparentes
retorno desde lejanos países a los
cuales me desterró por siglos la conciencia
vengo sin maletas
con las ropas desgastadas
con viejos zapatas que no tolerarán
la búsqueda de lo incierto
vengo sin fortuna en los bolsillos ni
tierras conquistadas en otros lares
no miro atrás ni adelante
quizás sólo ansíe contemplar las
estrellas del desierto o el juego de las nube de verano
no tengo idea de cómo seré recibido
por los míos
por los pájaros púrpuras a los cuales
conté viejos secretos
por los árboles cuyas hojas han caído
marchitas junto a bellotas que me tocará convertir en semillas de próximos
banquetes
por los cuerpos que he deshabitado
con soberbio descuido
por el humo de las chimeneas antiguas
por la sombra de mi aldea adoquinada
con los obituarios de la memoria
no soy el mismo que conoció el feroz
viento del recuerdo ni la violenta pero inaprensible promesa del futuro indómito
no pretendo ser el que creí ser
ni ante el reflejo de los ríos donde
nadan peces fosforescentes
ni ante los árboles de gigantescas
hojas que hunden sus raíces como arietes en la tierra brumosa de la selva
ni siquiera frente al aullido del
coyote que me llama desde su confortable divinidad de animal solitario
no pretendo ser el que prometí ser
porque me declaro francamente hereje
de todas las promesas que he hecho
ante los dioses de las montañas que
tocan el cielo
cuando miraba el horizonte con la
absoluta firmeza de las tortugas o los salmones
cuando deseché la sensatez de las
islas y amarré alas a mis pies para que me llevaran junto al silencio de galeones
fantasmas
no pretendo ser nada ni nadie
me declaro en libertad conmigo mismo
libre de sombra
incluso de pies y manos
de recuerdos que no existieron
de certezas en las que no confío
de utopías grises que marchitan la
simpleza del tránsito
llego distinto como si el camino
hubiese abierto grietas
en mis ojos
en mi piel cansada
en mi garganta desvestida
deseo que los vientos ligeros que
mueven los frutos de verano digan lo que nunca quise escuchar
pero aún ante ellos y ante la mirada
que sólo se posa sobre lo exacto me declaro rebelde y carente de mapas
retorno a un lugar que tampoco es el
mismo
por ello carezco de llave ni sé cómo
abrir las puertas
así esperaré fuera de los portales o
dormiré en las bancas solitarias de los parques
sin cansancio ni premura
tal vez las puertas se mantengan
cerradas
quizás se abran un día parecido a hoy
eso no importa
retorno porque sólo me queda la
sensatez del camino
porque he visto bosques de madreperla
y planicies de cristal
porque mi cuerpo sólo cree en la
dicha de lo efímero
en la clara seriedad de la risa
en la constancia certera del parpadeo
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